A día de hoy, existen varios tratamientos de rejuvenecimiento facial sin cirugía. Cada uno de ellos con sus características y peculiaridades.
A continuación vamos a dar unas pinceladas sobre los recursos más solicitados.
Estadísticamente está comprobado que los tratamientos antiedad están cada vez más demandados. En especial los tratamientos faciales, ya que es en el rostro dónde el paso de los años más se acentúan.
La cirugía estética acostumbraba a ser el tratamiento realizado con mayor frecuencia. Pero debido a su alto costo y evidentes negligencias esta opción ha disminuido notablemente.
Con el avance tehnológico de la estética de vanguardia, la sociedad cada vez opta por alternativas menos invasivas. En especial aquellas que no requieran un periodo prolongado de recuperación o aquellas que puedan ser dolorosas.
Botox es el nombre coloquial que recibe la toxina botulínica. Normalmente empleada con fines médicos para tratar diferentes enfermedades.
En el campo de la estética, el botox se utiliza para corregir las arrugas faciales de expresión, como la de el entrecejo, por ejemplo. Se caracteriza por ser un «paralizante muscular».
Su tratamiento es casi indoloro, ya que se aplica mediante una infiltración con una aguja de diámetro reducido.
El resultado del botox suele ser visible de manera inmediata y tiene una duración estimada de unos 6 meses aproximadamente.
Se recomienda encarecidamente realizar el tratamiento por un especialista altamente cualificado, ya que un pinchazo en el lugar equivocado y nuestra expresión facial puede cambiar drásticamente.
Seguro que recuerdas a algún famoso al que el botox se le ha ido de las manos. O más bien dicho: de la cara.
El ácido hialurónico en una sustancia que desarrolla el cuerpo humano con el fin de regular los niveles de humedad en la piel. Una piel hidratada implica una piel más firme y más joven.
En el campo de la estética, se suele inyectar ácido hialurónico para rejuvenecer el rostro. Podríamos diferenciar dos tipos de ácido hialurónico: reticulado y no reticulado.
En el caso del ácido hialurónico reticulado se emplea mayoritariamente con el objetivo de rellenar arrugas y surcos.
El ácido hialurónico no reticulado se inyecta de manera más superficial bajo la piel. Tiene como objetivo mantener los niveles correctos de hidratación cutánea.
Este tipo de tratamiento suele aportar un resultado bastante natural y tiene una durabilidad aproximada de 1 año.
La inyección de ácido hialurónico conlleva bastante menos riesgo que el botox. Aún y así, existe la posibilidad de algún efecto secundario temporal como el enrojecimiento de la piel, hematomas o algún tipo de alergia.
Es altamente recomendable realizar este tipo de tratamiento en alguna clínica especializada por un profesional de la estética cualificado, ya que cabe la posibilidad de sufrir alguna asimetría en el rostro o incluso necrosis de la piel.
Mediante sus innovadores aparatos de estética, como el Hydraderm Cellular Energy, Guinot ofrece avanzados tratamientos faciales que combinan energía térmica y energía molecular.
Se trata de aplicar un gel conductor específico para hacer funcionar los electrodos del aparato Hydraderm y así hacer reaccionar las músculos faciales. Durante este proceso aumenta la oxygenación de las células, además de favorecer la microcirculación cutánea.
El resultado es la regeneración y estimulación de las células de la piel. Podríamos decir que conseguimos una piel más joven y pura.
Los tratamientos acostumbran a durar aproximadamente 60 minutos.
Los resultados suelen tener efecto inmediato, pero para obtener resultados a largo plazo requiere asistir a varias sesiones durante las primeras semanas, y alguna más cada ciertos meses, a modo de «mantenimiento». Todo dependerá del tipo de tratamiento que estemos realizando (Hydradermie Jeunesse, Hydradermie Lift…).
Los resultados de la firma francesa son efectivos y el hecho de no tener que usar agujas gusta a los usuarios.
De todas las opciones, el revolucionario tratamiento Guinot, es el único tratamiento de rejuvenecimiento facial sin cirugía y sin medicina. Además es más asequible, más seguro y menos invasivo.
